Qué pasaría si un día dejamos de crear, pensar, conocer y aprender, sin lugar a dudas, dejaríamos de mantenernos vivos en forma activa. Aquí les contaré lo maravilloso que es nuestro cerebro, así que confiemos en él.
El cerebro es mucho más maleable de lo que se creía
Nuestro cerebro es extraordinariamente plástico, pudiéndose adaptar su actividad y cambiar su estructura de forma significativa a lo largo de la vida. La experiencia modifica nuestro cerebro continuamente. Es importante saber que el aprendizaje se puede producir a cualquier edad, ya que somos capaces de generar nuevas neuronas en el hipocampo y que además nuestra inteligencia no es fija ni inmutable. El cerebro tiene la capacidad de reorganizar sus rutas neuronales y crear nuevas conexiones.
Hasta hace pocos años se creía que nuestro cerebro era estático, que nacíamos con un número determinado de neuronas que iban perdiéndose con el paso del tiempo y que nuestros genes heredados condicionaban nuestra inteligencia. Antes de los años 60, los psicólogos creían que los cambios en la estructura cerebral sólo podían tener lugar durante la infancia, mientras que para la edad adulta, se creía que las estructuras cerebrales eran imperturbables. Pero hay una muy buena noticia, debido al progreso de los experimentos realizados por la moderna neurociencia, ahora sabemos que existe la neuroplasticidad, una propiedad del sistema nervioso que le permite adaptarse continuamente a las experiencias vitales es decir, la habilidad de moldearse con el aprendizaje y el conocimiento. Se ha demostrado que el cerebro continúa creando nuevas conexiones neuronales y alterando las ya existentes con el fin de adaptarse a nuevas experiencias, aprendiendo de la conducta y la nueva información para crear nuevos recuerdos.
El cerebro está compuesto por más de 100 mil millones de neuronas. Cuando estamos aprendiendo algo nuevo, se forman redes en nuestro cerebro a partir de neuronas que se comunican entre ellas a través de estructuras que permiten el pase de señales de una neurona a otra, conocidas como sinapsis. Una mejor comunicación entre neuronas está dada por un paso más eficiente de estas señales.
Entonces, a medida que ganamos en experiencias, conocimientos y nuevas conductas, las conexiones sinápticas se fortalecen (se refuerza la comunicación de conexiones existentes), mientras las que no se usan son eliminadas. Este proceso se conoce como la poda sináptica. Las neuronas que utilizamos con mayor frecuencia desarrollan conexiones más fuertes y las que nunca o rara vez se utilizan eventualmente mueren.
Si queremos ser sabios al llegar a la vejez debemos siempre reformatearnos. Usamos más el hemisferio izquierdo que automatiza las respuestas adquiridas, es lo que llamamos experiencia. El hemisferio derecho es el que aprende lo nuevo y lo delega en el izquierdo que así adquiere la capacidad para reconocer. La gimnasia mental crea neuroplasticidad si relaciona conocimiento, imaginación, creatividad y actividad.
Si por rutina o comodidad dejamos de investigar se detiene la marcha de la neuroplasticidad. Como dijo Platón «La virtud, como el arte, se consagra a lo que es difícil de hacer, y cuanto más dura es la tarea, más brillante es el éxito”. Por ello, no pares de crear y experimentar!!!!!